El pedrisco (granizo grueso que cae con violencia), con bolas de hielo de 11 centímetros, deja un muerto, 70 heridos e importantes daños materiales en el municipio gerundense en la comunidad de Cataluña.
En la Bisbal d’Empordà (Girona) este miércoles 31 de agosto no se habla de otra cosa. “Era como el apocalipsis, parecía que caían bombas” detalla la dependienta de una cafetería. La tormenta de granizo “sin precedentes”, con piedras de más de 10 centímetros de diámetro, que este martes por la tarde se cebó con la capital del Baix Empordà dejó unos 70 heridos. El accidente meteorológico se ha cobrado la vida de un bebé de 20 meses como resultado de las heridas causadas por el impacto de la granizada. La niña falleció en el Hospital Josep Trueta en la madrugada de este martes y otra mujer también tenía que ser ingresada por las heridas que causadas por las bolas de hielo, y serios destrozos tanto en edificios públicos, viviendas privadas como en el parque móvil local. También sufrieron los efectos de los pedriscos numerosas aves que quedaron afectadas.
El vicepresidente de la Generalitat y conseller (consejero) de Políticas Digitales y Territorio, Jordi Puineró, ha asegurado que las autoridades estudiarán los daños y plantean la posibilidad de declararla zona catastrófica.
Otros vecinos de La Bisbal d’Empordà (Girona) han relatado en primera persona cómo vivieron la fuerte lluvia de granizo de este martes. Un vecino mostraba que había recibido el golpe de un trozo de hielo «del tamaño de una pelota de tenis» cuando intentaba recoger el toldo durante la tormenta. «Menos mal que no me ha roto nada», dijo el hombre.
«Estaba el cielo muy oscuro y empezaron a caer trozos de hielo como piedras», relataba una vecina también de La Bisbal. Los Bombers de la Generalitat han explicado que hasta esta madrugada han atendido 39 avisos en la Bisbal d’Empordà (Girona) y dos en Forallac (Girona) por diferentes daños en edificios y en el cableado.