Por Diana Silva
Hoy, en el estado de Hidalgo, se conmemora el Día Nacional del Pulque, una bebida que desde tiempos inmemorables ha sido una de las principales riquezas de la región. El pulque, conocido como la bebida de los dioses, no solo ha dejado su huella en la historia, sino que también ha dado lugar a imponentes haciendas que hoy forman parte de una fascinante ruta cultural y gastronómica, atrayendo a visitantes locales, nacionales y extranjeros.
El pulque es más que una bebida; es la identidad y el orgullo de Hidalgo. Con una producción anual de 194 millones 579 mil litros, la región sur del estado lidera la producción a nivel nacional, representando el 78.14% del total. Su ubicación geográfica y clima favorable hacen que esta región sea la cuna de la Altiplanicie Pulquera, la zona central de México de la que proviene el maguey, la planta base para la elaboración del aguamiel y, finalmente, del pulque.
Este brebaje prehispánico no solo deleita los paladares, sino que también impulsa el turismo y contribuye significativamente a la economía estatal. Los recorridos turísticos ofrecen a los visitantes la oportunidad de conocer de cerca el proceso de elaboración, a cargo de los dedicados productores hidalguenses, quienes han convertido esta labor en un arte.
La región de Apan es un tesoro de historia pulquera, con al menos una docena de haciendas y cascos pulqueros que cuentan relatos de antiguas bonanzas ligadas a la producción de esta icónica bebida. Haciendas como Santiago Chimalpa, con su capilla del siglo XVIII y atribuida al arquitecto Antonio Rivas Mercado, transportan a los visitantes a través del tiempo.
Hoy es el momento perfecto para explorar estas haciendas, disfrutar de la exquisita gastronomía local, llevar a casa una artesanía y, por supuesto, deleitarse con un delicioso curado. Elizabeth Quintanar, Secretaria de Turismo en la entidad, invita a todos a unirse a la celebración y descubrir la riqueza cultural e histórica que el pulque aporta a Hidalgo. ¡Salud!
