Por Kari Nava
La Torre Eiffel, uno de los símbolos más emblemáticos de París, ha encontrado una versión fiel y asequible en México, específicamente en la ciudad de Durango. Mientras que para muchos mexicanos viajar a Europa puede ser un sueño distante debido a las limitaciones económicas, esta réplica ofrece la oportunidad de experimentar un pedazo de la famosa arquitectura parisina sin salir del país.
La réplica, ubicada en Durango, fue erigida en el año 2007 como un gesto de amistad entre Francia y México. La familia Collier de la Marliere, encabezada por Christian Collier de la Marliere, quien en ese entonces era Cónsul de Francia en la Comarca Lagunera, donó la construcción como muestra de agradecimiento por el buen trato recibido en México. Esta obra, construida con acero y pesando 140 toneladas, se erige majestuosamente con más de 48 metros de altura en la dirección exacta: Blvrd González de la Vega 18, Parque Industrial, 35079 Gómez Palacio, Dgo.
La réplica no solo es un punto de referencia local, sino también un atractivo turístico que atrae tanto a visitantes como a residentes. Su presencia en Durango destaca la influencia cultural de Francia en México y refleja la fascinación global por los íconos arquitectónicos del mundo. La réplica es una de las mejor construidas en el mundo, y desde su creación ha deleitado a ciudadanos y turistas, quienes acuden para capturar la tradicional selfie frente a esta imponente estructura.
La construcción de esta réplica fue posible gracias a la generosidad de la familia Collier de la Marliere, quienes financiaron todo el proyecto con capital privado. Este gesto de amistad y aprecio no buscó lucro alguno, ya que ni pidieron dinero a ningún gobierno ni obtuvieron ganancias por la donación. Construir esta réplica de la Torre Eiffel mexicana tuvo un costo aproximado de 5 millones de pesos mexicanos.
La réplica en México es un homenaje significativo a la amistad entre Francia y México. Es un recordatorio tangible de la conexión entre ambos países, representando un agradecimiento por el trato amistoso que la familia Collier de la Marliere recibió durante su estancia en la Comarca Lagunera.
Es interesante notar que la Torre Eiffel original fue diseñada por el ingeniero Gustave Eiffel para la Exposición Universal de 1889 en París. Concebida como un monumento temporal para conmemorar el centenario de la Revolución Francesa, la torre causó controversia en su época, siendo considerada por algunos como una monstruosidad de hierro. Sin embargo, con el tiempo se convirtió en un ícono indiscutible de París, Francia y Europa.
La réplica de la Torre Eiffel en México, además de ser un atractivo turístico, representa una conexión única entre dos culturas distantes, celebrando la amistad que trasciende las fronteras geográficas.
