En un paso significativo hacia la transformación del panorama laboral en México, la Cámara de Diputados ha anunciado su compromiso de aprobar la reforma constitucional que reducirá la jornada laboral de 48 a 40 horas a la semana antes de que concluya el actual periodo ordinario el 15 de diciembre.
El acuerdo fue formalizado durante una conferencia de prensa presidida por el panista Jorge Romero, presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), quien destacó la intención unánime de todas las bancadas de votar y discutir la reforma en el pleno de San Lázaro. Romero aclaró que aunque convertir la reforma en una modificación constitucional este año es prácticamente imposible, la intención es lograr que sea votada en este periodo de la Cámara de Diputados.
El presidente de la Jucopo aseguró que existe consenso entre todas las bancadas para aprobar la reforma, enfatizando la importancia de salvaguardar los derechos de los trabajadores y evitar impactos negativos en las microempresas. Se señaló específicamente que se añadirán disposiciones transitorias para establecer una reducción progresiva de la jornada laboral.
«Una de las claves para avanzar con éxito en la reforma de las 40 horas laborales es la inclusión de disposiciones transitorias que acuerden su implementación gradual, evitando así que la medida entre en vigor de manera abrupta. Esto es fundamental para no afectar negativamente a sectores específicos, como la construcción y la agricultura», explicó Romero.
Cabe destacar que la reforma al artículo 123 de la Constitución, avalada en abril por la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados, ha sido sometida a un proceso de Parlamento Abierto debido a dudas sobre su aplicación. El cambio propuesto establece que, «entre los obreros, jornales, empleados domésticos, artesanos y de manera general, todo contrato de trabajo: por cada cinco días de trabajo deberá disfrutar el operario de dos días de descanso, cuando menos».
En este nuevo contexto, la jornada laboral, que actualmente asciende a 48 horas en seis días de trabajo según la legislación vigente, se reduciría a 40 horas semanales, marcando un hito en las políticas laborales del país y generando expectativas sobre el futuro del mundo laboral en México.
