Por Sinai Peña
La desinformación médica en redes sociales representa un riesgo significativo para la salud pública, y la Dra. Trisha Pasricha, profesora de medicina en la Facultad de Medicina de Harvard, advierte sobre la proliferación de modas pasajeras respaldadas por personas influyentes con experiencia en medicina, biología o nutrición. Estos individuos a menudo aprovechan su credibilidad para promover prácticas dudosas, utilizando datos y conceptos científicos aparentemente sólidos.
La Dra. Pasricha destaca la importancia de abordar esta información con escepticismo y realizar un análisis crítico antes de adoptar prácticas o productos promocionados en línea. Recomienda cuestionar la legitimidad científica, verificar el respaldo de instituciones médicas reconocidas y consultar fuentes confiables como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Para aquellos que se enfrentan a la complejidad de evaluar estudios citados por promotores de tendencias, la Dra. Pasricha subraya la necesidad de dialogar con profesionales de la salud antes de probar nuevos hábitos o consumir productos populares en plataformas digitales.
La experta advierte sobre la posibilidad de que la información promocional parezca «demasiado buena para ser verdad» y sugiere buscar confirmación en fuentes médicas autorizadas. Destaca la importancia de la prudencia ante afirmaciones sin respaldo científico.
En el contexto de la desinformación médica en plataformas como YouTube, se han implementado cambios significativos para abordar este problema. Tres categorías clave han sido establecidas para simplificar la eliminación de contenido erróneo: información errónea sobre prevención, tratamiento y negación de condiciones médicas específicas.
YouTube se ha comprometido a eliminar contenido que promueva curas milagrosas, alternativas ineficaces y desinformación sobre enfermedades, especialmente en el caso del cáncer. Este enfoque busca garantizar que el contenido en línea no represente un riesgo para la salud pública y desalienta prácticas que puedan desviar a los pacientes de buscar atención médica especializada.
En un entorno digital saturado de información de salud, la nota concluye enfatizando la importancia de contrastar y verificar la información antes de aceptarla como verídica, recordando que la desinformación médica puede tener consecuencias graves para la integridad física de quienes la siguen ciegamente.