El autor ha fallecido a los 72 años en su casa. Hijo del gran poeta Efraín Huerta, en su obra consiguió conciliar el estilo de la generación de su padre y las nuevas influencias de la literatura mexicana
El poeta David Huerta ha muerto esta mañana debido a una insuficiencia renal, según ha confirmado su esposa, la también escritora Verónica Murguía. El poeta mexicano se declaraba hijo de la generación del 68, el movimiento estudiantil-popular que quiso democratizar el país. Su compromiso con la sociedad mexicana no desapareció nunca y le hizo ensayista y nombre frecuente en las páginas de los periódicos, rama que culminó con la publicación de su poema Ayotzinapa, que fue traducido a más de 20 idiomas. La herencia de su padre Efraín Huerta, poeta coetáneo de Octavio Paz, con el que compartió el bachillerato y la militancia comunista durante un tiempo, marcó su poesía.
Su obra fue en parte una exploración entre la tradición y la vanguardia. La casa de sus padres era el lugar de reunión de los artistas más venerados de la época, por lo que el reto de desembazarse de esas influencias era inmenso. Sobre todo porque Huertas tenía el mismo afán reivindicativo que su padre, y tuvo que buscar una salida para expresarse de forma diferente. Alberto Chimal (52 años), novelista mexicano, que fue alumno suyo en el Seminario de Alto Nivel para Escritores y posteriormente su amigo ”aunque en realidad nunca dejé de ser su alumno”, lo explica así: “Huerta a veces decía que tenía el complejo de Eneas, que tuvo que llevar a su padre a hombros para salvarlo. Él sentía esa carga por la obra de Efraín al tiempo que una gratitud enorme por todo lo que le había dado”. Un ejemplo claro de su rebelión son sus poemas largos, que han llegado incluso a ocupar un libro entero, Incurable, una de sus obras cumbre. “Son justo lo contrario de los poemínimos, los peomas cortos que inventó su padre”, cuenta Chimal.
Fue redactor y editor de la Enciclopedia de México, y director de la colección de libros Biblioteca del Estudiante Universitario. Fue secretario de redacción de La Gaceta del FCE, miembro del consejo editorial de la revista de literatura Letras Libres, y columnista de varios periódicos mexicanos. Toda esta actividad intelectual y social no consiguió alejarle de su poesía, que también estaba atravesada por estas realidades. Tanto es así que uno de sus poemarios, El Jardín de la Luz, gira en torno a la masacre de Tlatelolco, que justo ayer celebró su aniversario con manifestaciones en las calles de Ciudad de México. “No solía hablar de ello, pero era de los estudiantes que se manifestaron en el 68, y fue uno de los que sobrevivió cuando la matanza”, cuenta Chimal. Desde entonces su poesía no pudo desligarse nunca por completo de su papel como parte de la sociedad que le rodeaba.
Muere David Huerta, maestro de poetas
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