Por Dayana Mendizabal
Los renos, también conocidos como ciervos navideños, pertenecen a la familia Cervidae y se distribuyen en la tundra y taiga de Eurasia y América. Esta fascinante especie cuenta con diversas subespecies, desde el diminuto reno de Svalbard hasta el imponente caribú de Osborn. Destacan por su capacidad única entre los cérvidos, ya que las hembras pueden tener cuernos, una característica no común en otras especies.
En la actualidad, algunas subespecies de renos enfrentan amenazas y se consideran vulnerables, lo que subraya la importancia de la conservación. A lo largo de la historia, tanto los renos salvajes como los domésticos han sido esenciales para las comunidades circumpolares y árticas, proporcionando alimento, ropa y refugio. Su domesticación a gran escala ha sido un éxito notable, marcando a los renos como los únicos cérvidos semidomesticados en el mundo.
En el folclore navideño, los renos adquieren un papel mágico, ya que se dice que tiran del trineo de Papá Noel en Nochebuena, ayudándolo a entregar regalos a niños buenos en todo el mundo. Esta tradición, arraigada en leyendas navideñas, ha contribuido a la fascinación global por estos majestuosos animales, que siguen siendo símbolos de la temporada festiva.