El alce (Alces alces) es un mamífero artiodáctilo perteneciente a la familia de los cérvidos. Su distribución original se ha visto afectada por la caza intensiva a lo largo de los siglos, pero aún persisten alrededor de dos millones de ejemplares en Norteamérica y Eurasia.
Desde el punto de vista taxonómico, se reconocen diferentes especies, como el alce euroasiático (Alces alces) y el alce americano u oriñal (Alces americanus). Existe una zona de hibridación entre estas especies en Siberia Central y al norte de Mongolia.
El alce es el cérvido más grande, con adaptaciones notables a ambientes fríos, como una nariz grande para calentar el aire antes de llegar a los pulmones. Los machos poseen astas palmeadas, utilizadas en la competencia por las hembras. Estas astas, recubiertas de terciopelo, crecen rápidamente y se desprenden después del período de celo.
Las diferencias en la cornamenta, el tamaño corporal, la coloración y otros rasgos llevan a la clasificación de distintas subespecies de alces. Las hembras no tienen astas, y en general, ambos sexos viven en grupos familiares durante el verano y se reagrupan en pequeños rebaños en invierno.
Su alimentación es herbívora, consumiendo hojas, ramitas, tallos tiernos y corteza de árboles, así como plantas acuáticas. La reproducción ocurre durante el celo, de septiembre a octubre, y las crías nacen después de un período de gestación que oscila entre 242 y 250 días.
Los principales depredadores del alce incluyen al lobo, oso pardo, glotón, puma y tigre siberiano. A pesar de los desafíos, el alce ha logrado sobrevivir y adaptarse a diferentes entornos, siendo un fascinante representante de la vida silvestre en las regiones boreales.