Por: Escobar Alejandro
Después de la disolución de The Beatles, las tensiones y críticas entre John Lennon y Paul McCartney sobre su legado musical fueron evidentes. A pesar de las discrepancias, Lennon, en un sorprendente giro, elogió una composición de su ex compañero: «Hey Jude».
Considerada una «obra maestra» por Lennon, esta canción emblemática de McCartney fue un gesto de apoyo hacia el hijo de Lennon, Julian, en medio del divorcio de sus padres. A pesar de las diferencias entre los miembros de la banda durante la grabación del Álbum Blanco, Lennon encontró una conexión personal con «Hey Jude».
Aunque la canción estaba dirigida a Julian, Lennon interpretó su significado más allá de su contexto original, considerándola un símbolo de la amistad entre él y McCartney. A pesar de las tensiones entre los ex compañeros, la emoción y la resonancia de «Hey Jude» siguen siendo palpables, convirtiéndola en un clásico inolvidable y una de las favoritas en los conciertos de Paul McCartney, además de ser una pieza fundamental en la narrativa musical de The Beatles.
