Desde su infancia, la Reina Isabel ll ha sido una gran apasionada por los perros corgi Para la monarca, esta raza de perros ha sido algo sentimental que le ha acompañado toda su vida y siempre ha sido uno de sus rasgos más característicos. De hecho, los perros corgi han sido la unión más longeva que ha tenido la Reina Isabel II, desde su nacimiento hasta su muerte a los 96 años.
La obsesión de la difunta reina con los corgis surgió en 1933, cuando a los siete años, la entonces princesa Isabel vio un Corgi galés de Pembroke. Sin embargo, sería tras convivir con la mascota de una amiga suya, cuando surgirían en ella esas ganas de poder tener su primer perro corgi.
Para la pequeña, el espíritu y energía de los corgi eran fundamentales en su vida cotidiana. De esta manera, pidió uno a su padre, el Rey Jorge VI y, aunque los corgis solían ser poco comunes en Inglaterra, no defraudó a su hija. El pequeño animal recibió el nombre de Dookie y se convirtió en el primer perro corgi que la Reina Isabel II tuvo como mascota.
