Por Kari Nava
El mundo amanece hoy con una noticia que entristece a muchos: el fallecimiento de Gilberto Salomón Vázquez, conocido cariñosamente como «La Gilbertona». A sus 88 años de edad, deja tras de sí un legado que va más allá de la influencia en redes sociales; deja una marca imborrable en la comunidad LGBT+ y en todos aquellos que tuvieron el privilegio de conocer su obra.
La Gilbertona no era solo una influencer: era un símbolo de valentía, autenticidad y diversidad en una sociedad que a menudo luchaba por aceptar la diferencia. Originaria de Culiacán, su personalidad extrovertida y su inquebrantable espíritu la llevaron a convertirse en un referente para muchas personas que encontraban en ella un ejemplo de cómo ser fiel a uno mismo sin importar las adversidades.
A través de sus videos y ocurrencias, La Gilbertona no solo entretenía a sus seguidores, sino que también educaba y transmitía mensajes de inclusión y amor propio. Su humor, su franqueza y su manera única de ver la vida tocaban los corazones de quienes la seguían, convirtiéndola en un faro de esperanza y alegría en un mundo a menudo sombrío.
Pero más allá de su presencia en las redes sociales, La Gilbertona era una persona real, con sus alegrías y sus luchas. En los últimos días, los informes sobre su salud habían generado preocupación entre sus seguidores, con rumores sobre su estado de salud que iban y venían. Aunque ella misma se encargó de desmentirlos con su característico humor, el destino tenía otros planes.
Aunque aún no se ha confirmado oficialmente la causa de su fallecimiento, se especula que problemas respiratorios, incluida una posible neumonía, podrían haber sido un factor. Sin embargo, independientemente de las circunstancias, lo cierto es que el mundo ha perdido a una voz valiosa, a un alma generosa y a un ser humano excepcional.
En estos momentos difíciles, es importante recordar el impacto positivo que La Gilbertona tuvo en tantas vidas. Su legado perdurará en cada risa que provocó, en cada lección que enseñó y en cada corazón que tocó. Que su partida nos recuerde la importancia de vivir cada día con autenticidad, de abrazar nuestras diferencias y de amar sin límites.
A su familia, amigos y seguidores, enviamos nuestras más sinceras condolencias. Que encuentren consuelo en los recuerdos compartidos y en el amor que siempre los unirá a ella. Descansa en paz, querida Gilbertona. Tu luz seguirá brillando en nuestros corazones, recordándonos siempre que, aunque la vida sea efímera, el amor que dejamos atrás perdura para siempre.