México conmemoró el martes el noveno aniversario de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa con una multitudinaria marcha en la capital, Ciudad de México. Este caso, que ha conmovido profundamente al país y al mundo, sigue sin esclarecerse por completo, y los familiares de las víctimas continúan exigiendo respuestas y justicia.
La marcha, que reunió a varios miles de manifestantes, estuvo marcada por la indignación de los familiares de los estudiantes desaparecidos, quienes levantaron carteles con las fotografías de sus seres queridos y expresaron su frustración por lo que consideran un retroceso en las investigaciones. Bajo el lema «26 de septiembre no se olvida, es de lucha combativa», los manifestantes marcharon desde el Ángel de la Independencia hasta el Zócalo, donde se encuentra el Palacio Nacional.
Uno de los puntos más destacados de la jornada fue el rechazo categórico de la narrativa de los hechos presentada por el gobierno el día anterior. Según Vidulfo Rosales, abogado de los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa, las afirmaciones de que el móvil del asesinato y desaparición de los jóvenes obedecen a una disputa entre grupos delictivos y alegaciones de infiltración de los estudiantes por parte de grupos delictivos están más cerca de la llamada «verdad histórica» que de las nuevas investigaciones.
Los familiares de las víctimas acusan al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) de no entregar toda la información que posee sobre el caso y de ponerse del lado del Ejército en lugar de buscar la verdad y la justicia. En una reunión con la Secretaría de Gobernación, los padres de los jóvenes denunciaron el supuesto encubrimiento del Ejército y señalaron que el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) también había hecho esa denuncia previamente en julio.
En medio de una semana de actividades de protesta y nueve años de lucha incansable, los padres de las víctimas insisten en que su prioridad es conocer el paradero de sus hijos y que se continúen las investigaciones de manera rigurosa y seria, alejándose de la versión oficial conocida como «verdad histórica». Además, demandan que el Ejército libere la información que falta.
A pesar de las tensiones y la frustración, la marcha transcurrió en relativa tranquilidad, aunque se registraron algunos daños menores al mobiliario urbano. Las autoridades tomaron medidas de seguridad al colocar vallas de metal alrededor del Palacio Presidencial para evitar posibles daños a la histórica edificación por parte de los manifestantes.
El presidente López Obrador ha defendido la actuación de su gobierno en este caso y ha señalado que hay personas relacionadas con el Ejército y el sistema de justicia que están siendo procesadas. Sin embargo, la búsqueda de respuestas y justicia por parte de los familiares de los 43 estudiantes de Ayotzinapa continúa siendo una lucha constante en México.