Por Dayana Mendizabal
La Morsa (Odobenus rosmarus), majestuoso mamífero pinnípedo que habita en los mares árticos, se enfrenta a desafíos significativos en su conservación. Con dos subespecies, la del Atlántico y la del Pacífico, la población mundial se estima en unos doscientos cincuenta mil ejemplares.
Características y Distribución:
Con una piel gruesa y colmillos distintivos, las morsas del Pacífico son ligeramente mayores que sus contrapartes del Atlántico. Emigran estacionalmente, recorriendo distancias notables para adaptarse a la extensión del casquete polar. Aunque las morsas del Pacífico han experimentado una recuperación gracias a medidas de protección, las del Atlántico aún enfrentan el desafío de una población reducida.
Historia y Relación con los Humanos:
La morsa ha desempeñado un papel crucial en la vida de los inuit, proporcionando carne, aceite y material de construcción. La caza tradicional llevada a cabo por los inuit, enfocada en la subsistencia, ha sido sostenible. Sin embargo, la llegada de los europeos en el siglo XVI marcó el inicio de la caza intensiva, especialmente por el marfil de sus colmillos, llevando a la morsa del Atlántico al borde de la extinción.
Conservación y Amenazas Actuales:
Aunque las poblaciones de la morsa del Pacífico se han recuperado, la del Atlántico sigue siendo vulnerable. La caza intensiva y la contaminación, especialmente por vertidos de petróleo, representan amenazas continuas. Las medidas de protección han ayudado, pero la colaboración internacional es esencial para garantizar la supervivencia a largo plazo de esta especie icónica.
La historia de la morsa destaca la importancia de equilibrar la relación entre los humanos y la vida silvestre para preservar la biodiversidad y garantizar un futuro sostenible para estas fascinantes criaturas árticas.
