Por Dayana Mendizabal
El tlacuache, único marsupial que habita en México, es una joya de la biodiversidad que ha sabido enfrentar los desafíos de la convivencia con el ser humano. Este astuto mamífero arborícola, presente en zonas templadas y tropicales, ha logrado adaptarse a la invasión humana de manera excepcional.
A diferencia de sus parientes, el tlacuache acuático, en peligro de extinción, destaca por su capacidad para habitar diversos entornos, incluso dentro de las ciudades. Su versatilidad alimenticia, que abarca desde frutos e insectos hasta desperdicios humanos, le ha permitido prosperar cerca de las comunidades, convirtiéndose en un aliado invaluable en la lucha contra plagas e insectos rastreros.
El tlacuache, a menudo confundido con la rata, presenta características distintivas como un hocico largo y puntiagudo, dientes afilados, y una cola áspera y prensil que utiliza para colgarse cabeza abajo. Su habilidad para adaptarse a diversas madrigueras, ya sean ramas huecas de árboles o túneles abandonados, demuestra su ingenio para encontrar refugio.
Este marsupial, en peligro de extinción, enfrenta amenazas naturales como aves de rapiña y felinos, pero su estrategia de hacerse el muerto, contrayendo los labios y colgando la lengua, revela una asombrosa capacidad de defensa. Esta artimaña no solo confunde a sus depredadores, sino que también le brinda una oportunidad para escapar.
Además de su papel crucial en el equilibrio ecológico, el tlacuache destaca como el único marsupial mexicano. Su marsupio, una bolsa dilatable bajo el vientre, sirve como segunda placenta, protegiendo a las crías no totalmente desarrolladas. Este marsupio, recubierto de pelo suave y fino, es esencial para el cuidado de las crías, que nacen rosadas, ciegas y sin pelo.
La lucha por la preservación del tlacuache es urgente, especialmente ante las amenazas de depredación de su hábitat y la caza ilegal. Su papel como regulador natural de plagas y su contribución única a la diversidad biológica de México resaltan la importancia de proteger a este marsupial que, a pesar de su modestia, despierta asombro y admiración en aquellos que conocen su historia.