El peso mexicano cerró el primer trimestre del año en 18.02 unidades por dólar, según datos del Banco de México. Esto representa una apreciación del 2.1% en comparación con el cierre del trimestre anterior, cuando la moneda nacional cotizaba en 18.42 unidades por dólar.
Esta apreciación del peso se debe principalmente a la fortaleza de la economía mexicana, que ha mostrado una recuperación sólida después de la pandemia de COVID-19. A pesar de que aún existen retos por enfrentar, como la inseguridad, la inflación y la desigualdad económica, la estabilidad macroeconómica ha sido un factor clave en la recuperación del peso mexicano.
Otro factor que ha influido en la apreciación del peso ha sido el aumento en los precios del petróleo, ya que México es un importante productor de crudo. El aumento en los precios del petróleo ha ayudado a fortalecer las finanzas públicas del país , ha reducido la dependencia del gobierno en la deuda externa.
