Por Kari Nava
La reconocida marca de ropa ZARA se ha visto envuelta recientemente en una controversia generada por usuarios en redes sociales. Algunos sostienen que la marca está destinada exclusivamente para personas con alto poder adquisitivo, mientras que otros argumentan que la ropa de ZARA es de mala calidad. Además, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha emitido una alerta sobre prendas defectuosas de ZARA y otras marcas de moda rápida, añadiendo más leña al fuego.
La discusión en redes sociales se desató cuando un grupo de internautas afirmó que ZARA es exclusiva para personas con un alto poder adquisitivo. Esta percepción provocó un debate entre usuarios, generando opiniones a favor y en contra de la marca. La etiqueta «ZARA es para ricos» se convirtió en tendencia, evidenciando la polarización de la opinión pública.
La Profeco, por su parte, emitió una advertencia sobre una prenda defectuosa de ZARA y destacó la baja calidad de las prendas de marcas de moda rápida en general. La ‘lista negra’ de Profeco incluye no solo a ZARA, sino también a otras marcas populares como Bershka, Forever 21, H&M, entre otras. Se insta a los consumidores a verificar la calidad de las prendas antes de adquirirlas, señalando que la durabilidad de la ropa ha disminuido significativamente.
Profeco destaca la naturaleza desechable de la moda rápida y su impacto ambiental negativo. La dependencia menciona que las empresas de moda rápida producen prendas con materiales de baja calidad, a menudo derivados del petróleo, y recurren a la mano de obra barata en maquiladoras asiáticas. Este enfoque ha llevado a la rápida obsolescencia de la ropa, alimentando un ciclo de consumo insostenible.
ZARA no solo enfrenta críticas por la calidad de sus productos. Recientemente, la marca fue objeto de protestas en España debido a su presunta contribución al conflicto en Gaza. Manifestantes cubrieron los escaparates con stickers acusando a ZARA de estar vinculada al genocidio palestino. Además, la marca retiró una polémica campaña publicitaria que generó descontento entre activistas palestinos, quienes llamaron al boicot.
La polémica en torno a ZARA refleja las crecientes preocupaciones sobre la ética en la industria de la moda, desde la calidad de los productos hasta las prácticas de producción y las controversias políticas. La intersección de estos problemas destaca la necesidad de una mayor transparencia y responsabilidad por parte de las marcas de moda rápida en un momento en que los consumidores exigen más sostenibilidad y ética en sus elecciones de compra.