Por Sinai Peña
En una decisión que ha generado controversia y disturbios, el Congreso de Nuevo León designó al vicefiscal Luis Enrique Orozco Suárez como gobernador interino, a partir del 2 de diciembre. Esta elección, dominada por legisladores del PAN y el PRI, contradice las expectativas del gobernador electo Samuel García Sepúlveda, quien había solicitado que un aliado suyo ocupara temporalmente el cargo mientras él busca la candidatura presidencial por Movimiento Ciudadano.
Orozco Suárez, previamente vicefiscal del Ministerio Público de la Fiscalía de Nuevo León, asumirá el cargo en medio de tensiones y cuestionamientos. Su exposición mediática a nivel nacional en 2022, relacionada con las investigaciones sobre la desaparición y muerte de Debanhi Escobar, agrega un elemento adicional de interés y controversia a su designación.
La decisión del Congreso se produjo en un contexto caótico el 29 de noviembre, con disturbios en las instalaciones legislativas, incluyendo la entrada forzada de una multitud y la presencia de humo en el salón de sesiones. Aunque no se informaron más incidentes violentos ni lesiones alrededor de las 9 de la noche, el ambiente político en Nuevo León está cargado de tensión.
Previamente, Samuel García había acusado a los líderes nacionales del PAN y el PRI, Marko Cortés y Alejandro Moreno, respectivamente, de presionar a los legisladores locales para que rechacen negociar la designación del gobernador interino. García había propuesto cuatro nombres vinculados a su gobierno para el interinato, pero la elección del Congreso ha tomado un rumbo diferente.
La situación en Nuevo León refleja una compleja dinámica política, con el gobernador saliente expresando su descontento y señalando intervenciones externas en el proceso de selección. La toma de funciones de Luis Enrique Orozco Suárez el 2 de diciembre será seguida de cerca, ya que el estado enfrenta desafíos significativos y la incertidumbre política podría afectar la estabilidad gubernamental.
