Practicar una actividad física o deportiva desde temprana edad es esencial para el desarrollo integral de cualquier persona. Además de ser una herramienta efectiva para combatir el sedentarismo, que afecta a más del 58% de los mexicanos, el deporte en la infancia promueve habilidades físicas y mentales fundamentales.

Según la Fundación Nemours, la mayoría de los niños desarrollan habilidades físicas y atención necesaria para los deportes entre los 6 y 7 años. Por lo tanto, es crucial fomentar este hábito desde pequeños.

En México, deportes como fútbol, taekwondo, baloncesto, natación, entre otros, son populares entre los jóvenes, y muchos han destacado a nivel mundial en estas disciplinas desde temprana edad. Es vital que los padres apoyen y acompañen a sus hijos en esta pasión deportiva, convirtiéndola en un estilo de vida.

Laura María Serrano, experta en psicología de Genuine Digital School, enfatiza la importancia de construir un proyecto de vida desde la infancia, lo que permite establecer expectativas realistas y tomar decisiones adecuadas para materializarlo. Serrano ofrece valiosos consejos para los padres que desean apoyar a sus hijos en su camino deportivo:

1. Fomentar la confianza y autoestima elogiando los esfuerzos y logros, no solo los resultados.
2. Enseñar una mentalidad de crecimiento, aprendiendo de los errores y enfrentando desafíos de manera positiva.
3. Brindar un ambiente de apoyo donde se pueda hablar de sentimientos y preocupaciones relacionadas con el deporte.
4. Promover un equilibrio saludable entre el deporte y otras actividades para evitar el agotamiento físico y emocional.
5. Desarrollar habilidades de comunicación y liderazgo esenciales para el éxito deportivo.
6. Enseñar una perspectiva a largo plazo y prepararse para la vida después del deporte.

Serrano también destaca la importancia de elegir un colegio que fomente el desarrollo integral de los estudiantes, incluyendo opciones extracurriculares como el deporte. Un colegio virtual con flexibilidad para realizar actividades desde cualquier lugar podría ser una excelente opción en este sentido.

Fomentar el deporte desde la infancia no solo contribuye a la salud física, sino que también promueve el desarrollo emocional, social y cognitivo de los niños, preparándolos para una vida plena y exitosa.

En medio de la vorágine consumista que caracteriza nuestra sociedad, donde cada producto adquirido parece dejar una huella insostenible en nuestro planeta, hay otro tipo de rastro que preocupa a los padres de una manera distinta. Nos referimos al rastro dejado por un grupo específico de criaturas: nuestros propios hijos. Pero no se trata de juguetes plásticos ni de envases desechables; es el rastro de trabajos escolares que va acumulándose desde la Escuela Infantil hasta la etapa final de la FP, la carrera o el Máster.

Como si fueran fascículos de una colección interminable, estos documentos físicos llegan a casa con una periodicidad determinada, resumiendo las incontables horas de esfuerzo en el aula. Sin embargo, a medida que avanzan en su trayectoria académica, el entusiasmo inicial de los niños se va desvaneciendo, convirtiendo esta colección en un verdadero desafío para la armonía del hogar.

Al revisar estos trabajos con los niños, a menudo nos encontramos con pequeñas joyas, como hojas de árboles pegadas o simples trazos sobre un dibujo. Aunque el entusiasmo inicial puede disminuir, es crucial descubrir y valorar estas partes fascinantes de su evolución.

Llega un momento en que la unidad familiar debe plantearse qué hacer con este material acumulado. Las opciones más comunes son guardar o desechar, ya sea en su totalidad o mediante una selección más consciente. Aunque pueda parecer trivial, este tema puede generar conflictos en muchos hogares. Con la reciente llegada de carpetas hinchadas de papeles antes de Navidad, aquí te dejamos algunas ideas y reflexiones para ayudarte a decidir qué hacer con los trabajos escolares de tus hijos.

Cinco motivos para guardarlos:

1. Por amor: Aunque los trabajos puedan carecer de arte elaborado, representan el esfuerzo y la dedicación de tus hijos. Al igual que guardas objetos de su infancia, estos documentos son una forma de conservar su evolución.
2. Reflejo del progreso: Guardar los trabajos es reconocer y valorar el esfuerzo de tus hijos, fomentando su autoestima. Mostrar interés en su evolución puede tener un impacto positivo en su desarrollo.
3. Recuerdos para el futuro: Los trabajos infantiles son tesoros que tus hijos apreciarán al recordar su infancia. A diferencia de los documentos oficiales, estos trabajos personales no pueden ser replicados y ofrecen una perspectiva única de su crecimiento.
4. Espacio adicional mínimo: En comparación con otros objetos acumulados en casa, los trabajos escolares ocupan poco espacio. La inversión de tiempo para organizarlos es mínima en comparación con los recuerdos que proporcionan.
5. Inversión a largo plazo: Algunos artistas consagrados exhiben sus dibujos infantiles en museos. Guardar los trabajos escolares podría convertirse en una inversión para el futuro, mostrando la evolución creativa de tus hijos.

Cinco motivos para deshacerte de ellos:

1. Falta de espacio: En hogares cada vez más pequeños, la acumulación de material escolar puede convertirse en un problema logístico. Si el espacio escasea, es posible que debas considerar opciones más prácticas.
2. Estética objetivamente pobre: Si los trabajos son feos ahora, es probable que sigan siendo percibidos de la misma manera en el futuro. La eliminación temprana puede ser una solución.
3. Facilitar el futuro: Tirar los trabajos ahora puede ser una decisión que facilite la vida a tu yo del futuro. Evitar acumular material innecesario puede simplificar la gestión del espacio y los objetos personales.
4. Probabilidad de no revisarlos: La realidad es que es probable que estos trabajos queden olvidados en un rincón oscuro. Si no hay interés actual por parte de los niños, es poco probable que lo haya en el futuro.
5. Priorizar documentos útiles: El espacio en casa puede aprovecharse mejor guardando documentos más útiles, como informes escolares o notas importantes. Al hacer espacio para lo esencial, se simplifica la organización del hogar.

En última instancia, la decisión de guardar o desechar los trabajos escolares de tus hijos dependerá de la situación única de tu familia y de los valores que desees transmitir. Sea cual sea la elección, es importante abordar este tema con sensibilidad y comprensión, reconociendo el valor emocional de estos recuerdos para tus hijos y para ti como padre.

La infancia, considerada como una etapa crucial en la formación de la personalidad humana, desempeña un papel fundamental en la adquisición de cualidades que perduran hasta la edad adulta. Un reciente estudio llevado a cabo por el Dr. Ioannis Katsantonis de la Facultad de Educación de la Universidad de Cambridge arroja luz sobre la significativa influencia de las relaciones entre padres e hijos en las edades tempranas.

La investigación, basada en una muestra de 10.000 individuos nacidos entre el año 2000 y 2002 en el Reino Unido, revela que los niños que experimentan una conexión sólida con sus progenitores durante sus primeros años tienden a exhibir comportamientos «prosociales» en la adolescencia. Estos comportamientos incluyen la amabilidad, la empatía, la ayuda, la generosidad y el voluntariado, aspectos socialmente deseables que contribuyen al bienestar colectivo.

Los resultados del estudio indican que aquellos que experimentaron relaciones cálidas y afectuosas con sus padres a los tres años no solo presentaban menos problemas de salud mental durante la infancia y la adolescencia, sino que también mostraban una mayor propensión hacia conductas prosociales. Específicamente, se encontró que por cada unidad estándar por encima de los niveles normales de cercanía a los tres años, la prosocialidad aumentaba en 0,24 unidades estándar en la adolescencia.

Contrastando con estos hallazgos, los niños cuyas primeras interacciones con sus padres fueron emocionalmente tensas o abusivas mostraron menos probabilidad de desarrollar hábitos prosociales con el tiempo.

Adicionalmente, el estudio liderado por el Dr. Karsantonis revela una conexión entre los problemas de salud mental y la prosocialidad. Aquellos niños que presentaban síntomas de salud mental externalizados superiores al promedio a una edad temprana mostraron menos prosocialidad en etapas posteriores. Por ejemplo, por cada aumento de unidad estándar en los problemas de salud mental externalizados a los siete años, la prosocialidad generalmente disminuía en 0,11 unidades a los 11 años.

En vista de estos descubrimientos, el estudio sugiere la importancia de fomentar las conductas prosociales desde la etapa escolar, integrándolas de manera sostenida en los planes de estudio. Estas acciones podrían contribuir no solo al bienestar individual de los niños, sino también al desarrollo de una sociedad más compasiva y solidaria.

Explorar Disney es el anhelo de muchos, un espacio mágico creado para encantar tanto a niños como adultos con sus películas y personajes icónicos de Walt Disney. No obstante, esta travesía puede volverse costosa y desafiante, especialmente al viajar en compañía de niños. A continuación, ofrecemos sugerencias sobre cuándo es el momento propicio para emprender esta mágica odisea y cómo hacerlo de manera más asequible.

Edad Adecuada para los Pequeños Aventureros

Aunque no existe un límite estricto de edad para llevar a los niños a Disney, la elección del momento adecuado puede marcar la diferencia. Los menores de 2 años ingresan de manera gratuita, los de 3 a 9 años disfrutan de tarifas especiales para niños, y a partir de los 10 pagan como adultos. Si bien los más pequeños pueden maravillarse con las princesas, es importante tener en cuenta las restricciones de estatura en algunas atracciones que podrían limitar su participación.

Se recomienda esperar hasta que tengan alrededor de 6 o 7 años para que puedan aprovechar al máximo las atracciones y crear recuerdos duraderos. Esta edad permite una experiencia más completa sin las complicaciones asociadas con los niños más pequeños.

La Temporada más Asequible

Si el objetivo es ahorrar en el viaje a Disney, la elección del momento oportuno puede marcar la diferencia en el presupuesto. Evita las temporadas altas, como el verano, puentes y festividades, ya que los precios tienden a ser más elevados debido a la alta demanda. Según Magic Guide, los precios son más accesibles entre agosto y septiembre, especialmente durante la semana (de lunes a jueves).

Evitar las Multitudes: Temporadas Bajas

Si buscas disfrutar de Disney con menos filas y multitudes, considera planificar tu visita durante las temporadas bajas. De mediados de septiembre a mediados de noviembre y de mediados de enero a mediados de marzo son momentos ideales. Aunque puede haber reducción en las horas de operación, esta elección te brindará más opciones de alojamiento, menos esperas y más tiempo para explorar cada rincón del parque.

Al elegir la edad adecuada para tus hijos y planificar tu visita durante las temporadas menos concurridas, puedes convertir tu sueño de visitar Disney en una experiencia inolvidable y más asequible. Prepárate para sumergirte en la magia del mundo de Disney con tus seres queridos.

En el mundo del deporte, la tradición y el talento a veces se transmiten de generación en generación, creando legados que perduran a lo largo de los años. Un claro ejemplo de esto se puede observar en la relación entre padres e hijos que lograron ser protagonistas en algunas de las mejores competencias deportivas. A continuación, destacamos algunas de estas notables dinastías deportivas:

Javier ‘Chicharito’ Hernández y su Legado Futbolero Familiar:
Javier ‘Chicharito’ Hernández, reconocido delantero mexicano, lleva en su ADN la pasión por el fútbol. Su padre fue una figura destacada en el futbol mexicano en los años 90, y además, es nieto de Tomás Balcázar, también un referente en la selección mexicana. ‘Chicharito’ surgió de las fuerzas básicas de Chivas, captando la atención del Manchester United y el Real Madrid. Actualmente, ostenta el título de máximo goleador de la selección mexicana y forma parte del LA Galaxy.

Bobby y Barry Bonds: Un Dúo Imparable en el Béisbol:
Bobby Bonds, a lo largo de sus 14 años de carrera, dejó una huella imborrable en el béisbol. Su hijo, Barry Bonds, continuó con el legado familiar y se convirtió en el líder histórico de cuadrangulares con 762 en la MLB. Juntos, acumularon 1,094 home runs en sus carreras, una hazaña que la liga no había presenciado desde 1925.

Christian y Santiago Giménez: Dos Generaciones de Éxito en el Futbol:
Christian ‘Chaco’ Giménez y su hijo Santiago son dos nombres destacados en el mundo del futbol. Santiago, a sus 22 años, se ha convertido en un referente en el Feyenoord, proclamándose campeón de la Eredivisie. Mientras tanto, Christian brilló en la Liga MX con los equipos Pachuca y Cruz Azul, dejando un legado impresionante.

Julio César Chávez y Chávez Jr.: Maestros del Boxeo Mexicano:
Julio César Chávez, apodado el César del boxeo, tuvo una carrera impresionante con un récord de 107-6-2 y 6 títulos en 4 divisiones. Su hijo, Chávez Jr., continuó el legado al capturar el título peso medio del CMB y acumular un récord de 51-4-1.

‘Zague’ y ‘Zaguinho’: Duelo de Delanteros en el Futbol Mexicano:
José Alves, conocido como ‘Zague,’ fue un destacado jugador brasileño que dejó su huella en el futbol mexicano. Su hijo, Luis Roberto, siguió sus pasos y se convirtió en uno de los máximos delanteros en el balompié azteca, jugando principalmente para el equipo de su padre, el América.

Archibald, Peyton y Eli Manning: Leyendas en el Campo de Juego:
Elisha Archibald Manning, mejor conocido como Archie Manning, fue el patriarca de una familia de leyendas del fútbol americano. Sus hijos, Peyton e Eli Manning, destacaron como mariscales de campo, logrando victorias en Super Bowls y dejando un legado imborrable en la NFL.

Dell y Stephen Curry: Padre e Hijo Maestros de la Cancha de Baloncesto:
Dell Curry, un destacado jugador de la NBA, vio cómo su hijo, Stephen Curry, se convirtió en uno de los mejores tiradores de triples en la historia. ‘Chef Curry’ ha cosechado títulos, MVPs y récords en una carrera que ha llevado a los Golden State Warriors a la cima del baloncesto profesional.

Estas historias de padres e hijos en el deporte no solo resaltan el talento hereditario, sino también la dedicación y la pasión que han llevado a estas familias a la cima de sus respectivas disciplinas.

La ginecóloga Brenda Hernández Dávila enfatiza la relevancia de la comunicación abierta entre padres e hijos como clave para prevenir embarazos no deseados en la juventud.

En una entrevista con El Popular, periodismo con causa, la especialista destaca que la sobreabundancia de información en internet y redes sociales sobre la prevención de embarazos confunde a los jóvenes, subrayando la necesidad de diálogo directo entre padres e hijos.

Hernández Dávila subraya dos escenarios comunes: padres que evitan hablar del tema y aquellos que desconocen la actividad sexual de sus hijos. Sugiere que llevar a las hijas a su primera consulta ginecológica a los 12 o 15 años, incluso antes de que inicien su vida sexual, permite advertir y explicar las consecuencias de las relaciones sin protección.

Además, la ginecóloga alerta sobre el uso incorrecto de métodos anticonceptivos, tanto en adolescentes como en adultos, subrayando la importancia de educar sobre la correcta utilización de preservativos para evitar enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados.

Hernández Dávila destaca el riesgo que representan los embarazos en jóvenes menores de 18 años, con mayor mortalidad materna y fetal debido al desarrollo incompleto. Aunque no hay una edad sin riesgo, los expertos sugieren que la gestación ideal es entre los 20 y los 28 años.

En cuanto a la responsabilidad masculina, la ginecóloga señala que en México, la cultura machista a menudo lleva a que los padres escondan la situación y no permitan a los jóvenes responsabilizarse de sus actos.

La falta de diálogo y el desconocimiento sobre el aborto son también preocupaciones. Hernández Dávila destaca casos de jóvenes que recurren a internet para encontrar medicamentos abortivos sin conocimiento médico, poniendo en riesgo la salud de las jóvenes. Subraya la necesidad de un diálogo abierto y de recurrir a profesionales para evitar prácticas riesgosas.

En el contexto actual, factores adversos como el estrés, la escasez de tiempo y la omnipresencia de la tecnología pueden impactar negativamente las relaciones familiares, especialmente el vínculo entre padres e hijos. Sin embargo, la planificación de actividades familiares emerge como una solución, no solo proporcionando momentos de calidad sino también consolidando los lazos afectivos.

A continuación, se presenta una diversidad de actividades diseñadas para acercar a padres e hijos, ofreciendo oportunidades para compartir, aprender y crecer juntos:

1. Colaborar en las Tareas Domésticas:
   Participar conjuntamente en las labores del hogar no solo inculca responsabilidad en los niños y adolescentes, sino que también fomenta la colaboración familiar.
2. Experiencia de Lectura Compartida:
   La lectura en conjunto se revela como un hábito crucial, especialmente para los más pequeños. Más allá de estimular el amor por la lectura, crea un vínculo sólido, particularmente durante el ritual de antes de dormir.
3. Culinaria en Familia:
   La cocina, más allá de ser una habilidad práctica, es una oportunidad para impulsar la autonomía y confianza en los niños, al tiempo que mejora sus destrezas manuales.
4. Sesión Cinematográfica en Familia:
   La elección de una película apta para todas las edades puede convertirse en una rutina agradable, proporcionando momentos compartidos de entretenimiento.
5. Exploración Musical:
   Compartir preferencias musicales fortalece la comprensión mutua. La música se erige como un poderoso medio de conexión, permitiendo que padres e hijos compartan sus experiencias y gustos.
6. Juegos de Mesa en Familia:
   Los juegos de mesa no solo promueven la comunicación y el respeto, sino que, si la experiencia resulta positiva, pueden convertirse en una actividad recurrente.
7. Deporte en la Naturaleza:
   Estimular la participación en deportes colaborativos no solo contribuye al desarrollo de la autoestima sino que también fortalece los lazos familiares a través del trabajo en equipo.
8. Salas de Escape Familiar:
   Participar en salas de escape ofrece una excelente oportunidad para fomentar el trabajo en equipo, mejorando la comunicación y el respeto entre los miembros de la familia.
9. Visita a Museos Interactivos:
   Los museos interactivos ofrecen experiencias educativas y entretenidas para niños y adultos, creando recuerdos duraderos.
10. Diversión en Parques de Atracciones:
    Los parques de atracciones son lugares ideales para disfrutar en familia, ya que cuentan con atracciones para todas las edades.
11. Gincanas Familiares:
    Organizar gincanas en grupo proporciona oportunidades para la cooperación familiar y el desarrollo de habilidades de destreza e ingenio.
12. Conversaciones Significativas:
    Aprovechar los momentos de las comidas para entablar conversaciones fortalece la conexión familiar, siendo un espacio idóneo para compartir experiencias y preocupaciones.
13. Creación Artística en Familia:
    La realización conjunta de manualidades es una excelente opción, especialmente si tu hijo disfruta de actividades manuales.

En todas estas actividades, la comunicación efectiva entre padres e hijos es esencial. Aquí te ofrecemos algunos consejos para mejorarla:

• Mantén la amabilidad.
• Cultiva la empatía.
• Sé un modelo a seguir positivo.
• Presta atención activa durante las conversaciones.
• Reconoce los logros de tu hijo cuando sea necesario.
• Actúa y habla con serenidad.
• Sé honesto.
• Si surge alguna molestia, asegúrate de comunicar que el problema radica en tu actitud o comportamiento, no en tu hijo.

Evita comportamientos contraproducentes como el tono elevado, amenazas, insultos, mentiras o el uso del silencio como táctica. Estas actitudes pueden perjudicar la comunicación y debilitar los lazos familiares.

En la industria del cine, momentos excepcionales se materializan cuando renombradas estrellas de Hollywood comparten el escenario con sus propios hijos. Estos encuentros cinematográficos familiares ofrecen a la audiencia momentos emotivos y la oportunidad única de presenciar la auténtica química entre padres e hijos. La colaboración en la pantalla grande entre progenitores e hijos brinda experiencias cinematográficas inolvidables, tanto para los actores como para el público.

«The Pursuit of Happyness» (2006) – Will Smith y Jaden Smith

Una de las parejas padre-hijo más destacadas es la formada por Will Smith y su hijo Jaden Smith en «The Pursuit of Happyness» (2006), basada en una historia real. La actuación conmovedora de Will Smith y la impresionante interpretación de Jaden Smith cautivaron al público, revelando una dinámica y poderosa dupla actoral.

«Maleficent» (2014) – Angelina Jolie y Vivienne Jolie-Pitt

Otro dúo inolvidable es el de Angelina Jolie y su hija Vivienne Jolie-Pitt en «Maleficent» (2014). En esta película de fantasía, Jolie brilló como Maléfica, mientras que Vivienne debutó actuando como la joven Princesa Aurora. Esta colaboración madre-hija añadió un toque especial a la narrativa, permitiéndonos presenciar la magia del cine en su máxima expresión.

«Yoga Hosers» (2016) – Johnny Depp y Lily-Rose Depp

Johnny Depp y su hija Lily-Rose Depp compartieron pantalla en la película «Yoga Hosers» en 2016. Dirigida por Kevin Smith, esta comedia de terror presenta a padre e hija como dos adolescentes enfrentándose a fuerzas sobrenaturales mientras trabajan en una tienda de conveniencia. La película fue una experiencia única de colaboración familiar en la pantalla.

«Wall Street» (1987) – Martin Sheen y Charlie Sheen

En la icónica película «Wall Street» (1987), Martin Sheen y su hijo Charlie Sheen compartieron pantalla. Martin interpretó al padre ético de Charlie, mientras que este último encarnó a un ambicioso corredor de bolsa. Su actuación conjunta en este drama financiero permitió que la audiencia presenciara su química familiar y talento actoral en una colaboración que perdura en la memoria cinematográfica.

La creciente prevalencia de la ansiedad en niños y adolescentes ha despertado la atención de expertos en crianza, como Jennifer Breheny Wallace, periodista e investigadora graduada en la Universidad de Harvard. Wallace sugiere que la raíz de este problema podría estar vinculada a la comunicación entre padres e hijos, específicamente, a la omnipresente «cultura del logro».

La cultura del logro, originaria de Estados Unidos y ahora extendida globalmente, impulsa el éxito a través de metas constantes, esfuerzo y altas expectativas. En este contexto, el rendimiento académico se considera el único indicador de éxito, generando presiones significativas sobre los niños desde una edad temprana. Un estudio de la American Psychological Association reveló que la prevalencia de la ansiedad en niños aumentó del 11.6% en 2012 al 20.5% en 2021.

La cultura del logro, al centrarse exclusivamente en el rendimiento académico, afecta negativamente la salud mental de los niños. La percepción de que el amor parental está vinculado a las calificaciones escolares contribuye a un aumento de la ansiedad. Esta tendencia también se observa en el ámbito profesional, donde la cultura del logro ha sido identificada como una causa del síndrome de burnout.

Ante este panorama, Breheny Wallace propone un enfoque sencillo pero efectivo: cambiar la comunicación familiar. En lugar de preguntar directamente sobre el desempeño escolar, sugiere abordar temas que no estén relacionados con los logros académicos. Al adoptar este enfoque, se puede contrarrestar la presión académica y fomentar un ambiente propicio para el éxito de los hijos.

Ronald Ferguson, en línea con esta perspectiva, destaca la importancia de la comunicación entre padres e hijos. Al preguntar sobre experiencias diarias no relacionadas con la escuela, los padres pueden mostrar un interés genuino en la vida de sus hijos, demostrando que su valía no se limita a los logros académicos. Este cambio en la dinámica familiar contribuye a un ambiente menos estresante y más propicio para el desarrollo integral de los niños.

La comunicación familiar desempeña un papel crucial en la salud mental de los niños y adolescentes. Al adoptar un enfoque que va más allá de la cultura del logro, los padres pueden reducir la ansiedad y cultivar el éxito de sus hijos, demostrando que su aprecio va más allá de las calificaciones escolares.

En la actualidad, los niños parecen pasar más tiempo frente a pantallas que en la escuela, una tendencia que se ha acelerado en todo el mundo. En Francia, por ejemplo, el consumo digital en el grupo de 1 a 6 años se ha triplicado desde 2011. Este fenómeno genera preocupación entre los padres, quienes, aunque buscan limitar el tiempo de pantalla, se ven enfrentados a contradicciones al dedicar ellos mismos un promedio de cuatro horas y media al día a actividades en línea.

No solo preocupa la cantidad de tiempo dedicado a las pantallas, sino también la calidad de los contenidos consumidos por los niños. La pérdida de autoridad de los padres, a medida que la tecnología cambia los modelos de transmisión de conocimientos, y la competencia tecnológica de los adolescentes añaden tensiones a la relación familiar.

Los efectos negativos de las pantallas en los niños están bien documentados, pero se presta poca atención a las consecuencias para los padres. Estos experimentan estrés, baja autoestima y pérdida de confianza en su rol como educadores y responsables del bienestar de sus hijos.

El concepto de bienestar, originalmente centrado en la esfera médica, ahora abarca diversas áreas de la vida, incluyendo la tecnología. Existen dos enfoques del bienestar: objetivo, que se centra en la calidad de vida medida por indicadores como pobreza y educación; y subjetivo, relacionado con la evaluación personal de la existencia y la sensación de felicidad, que abarca bienestar hedónico y eudemónico.

A pesar de la percepción de la familia como fuente de realización, se investiga poco sobre el bienestar doméstico. La introducción de tecnologías para controlar el tiempo de pantalla puede generar conflictos y desconfianza. Por ello, se propone una comunicación en dos fases: primero, fomentar el intercambio de conocimientos entre padres e hijos sobre el uso de pantallas; segundo, establecer normas familiares consensuadas para un uso equilibrado y adaptado a cada edad.

Además, se destaca la importancia de actividades conjuntas frente a las pantallas para fortalecer los lazos familiares y reducir tensiones. Durante la crisis sanitaria, las familias redescubrieron actividades fuera de la pantalla, como juegos de mesa o deportes, promoviendo un ambiente armonioso y el bienestar eudemónico.

Conciliar bienestar y paternidad en la era digital implica repensar la relación con la tecnología, fomentar la comunicación familiar y buscar un equilibrio entre las actividades digitales y no digitales. Este desafío, aunque presenta presiones y contradicciones, puede abordarse mediante soluciones prácticas que prioricen la calidad del tiempo compartido en familia.