En México no se va a poder usar maíz transgénico para consumo y alimentación, y “ningún interés particular, de grupo o económico”, puede estar por encima del interés general y, en este caso, de la salud del pueblo, sostuvo ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador. A la vez, expuso la importancia de proteger las variedades de semillas nativas de maíz en territorio nacional.
Al refrendar la medida establecida por su administración esta semana, afirmó que con Estados Unidos “no hay ruptura, es fijar nada más con claridad el que no se admite el transgénico para alimento humano”; esto, luego de que el secretario de Agricultura estadunidense, Tom Vilsack, declaró que el país vecino está “decepcionado” por la medida y anticipó que analizará con detalle el decreto emitido en esta materia.
Durante su conferencia de prensa diaria, López Obrador insistió en que “estamos platicando con ellos en muy buenos términos, explicando por qué tomamos esta decisión que tiene que ver con la salud y ofreciéndoles que podamos hacer las agencias de salud un análisis sobre el maíz transgénico, sobre sus contenidos”.
Mientras el gobierno del país vecino defiende con expertos y hasta “premios Nobel”, el uso del maíz genéticamente modificado, el Presidente recalcó que también hay mucha información en su contra, sobre todo por el uso de agroquímicos como el glifosato, que se usan para el cultivo de ese tipo de grano.