La mítica actriz británica se pone en la piel de la malvada profesora en el musical de Matilda que prepara Netflix para Navidad.
Muchas veces una aparte importante de la actuación en diversos personajes pasa por su aspecto físico. Sin ir más lejos, así pasó en el caso de Brendan Fraser para The Whale, en el que parece ser el mejor papel del año.
Para esto no hay excepciones. Desde actores que están dando sus primeros pasos en el rubro hasta reconocidas estrellas como Emma Thompson, cuando el papel lo requiere, la transformación física puede ser inevitable. Sobre todo porque esto también influye en el mismo actor, que se compenetra más con el papel, cuyo aspecto físico muchas veces es parte de su personalidad, completa su presencia y su tridimensionalidad.
Y así tuvo que hacerlo Emma para Matilda: el musical, la esperada apuesta de Netflix basada en el clásico infantil de Roal Dhal. Para este film, quien fue la profesora Trelawney en la saga de Harry Potter, se pondrá en la piel de la malvada Tronchatoro, la rígida y malvada profesora, terror del colegio al que asiste la pequeña Matilda.
Como bien se sabe, este personaje cuenta con características físicas bastante particulares. Una fuerza descomunal y una cara con rasgos que inspiran temor son parte fundamental de este villano. Para ello, Thompson debió someterse a horas de maquillaje cada jornada de rodaje, que influyeron en su actuación.
“Es algo existencial, es algo que hay que sacar fuera del cuerpo. Yo no tengo una necesidad de no ser yo misma, de salirme de mí misma, pero es una forma de liberación la de habitar otra alma, en cierto sentido, que es también muy físico. Y cuando lo físico te ayuda a encontrar esa persona, es realmente un privilegio”, explicó la actriz.
