La actriz de ‘Los juegos del hambre’ confiesa que después del estreno de la saga se sintió un producto de la industria de Hollywood.
Han pasado 10 años desde el estreno de la primera entrega de Los Juegos del Hambre. Una saga de cuatro películas distópicas encabezadas por la actriz Jennifer Lawrence (32 años) que le valieron un éxito al alcance de muy pocos y que batieron récords en la recaudación en taquilla. No solo supuso un boom para la producción de nuevas historias fantásticas dirigidas a un público adolescente, también fue un salto en la carrera cinematográfica de la intérprete, que por aquel entonces, estaba en su veintena. Al tiempo que se convertía en una estrella adolescente, Lawrence también participaba en proyectos más pequeños. Uno de ellos, El lado bueno de las cosas, película estrenada también en el año 2012, la convirtió en la segunda actriz más joven en recibir un premio Oscar. Una década después, y aunque desde fuera la actriz parecía estar viviendo el sueño hollywoodiense, Lawrence ha reconocido cómo se sintió en los siguientes años.
Inmersa en la promoción de Causeway, su última película que verá la luz en las próximas semanas, se ha sincerado durante la presentación en el Festival de Cine de Londres sobre el motivo por el que prefiere dejar atrás esos años. La actriz, que consiguió su primer y único Oscar en la categoría Mejor Actriz de Reparto en 2013, ha confesado que “perdió la sensación de control” al principio de su carrera debido a su meteórico ascenso a la fama. “Entre el estreno de Los Juegos del Hambre y el Oscar me convertí en un producto tan grande que sentí que cada paso que daba era fruto de una gran, gran decisión de grupo”, se sinceró la actriz, según ha informado la revista estadounidense Variety.
Ganar un Oscar a los 22 años supuso para ella un gran cambio en su vida: “Siempre pensaba, ¿cuándo me llegará? No creo que lo haga nunca…”, y añadió, “cuando reflexiono ahora, simplemente no puedo pensar en los años siguientes, [solo recuerdo que hubo] una pérdida de control”, que admitió no recuperar hasta tomarse un descanso en su carrera y ser capaz de ver ese ascenso con perspectiva.
El descanso llegó en 2019, cuando Lawrence se casó con el comerciante de arte Cooke Maroney y decidió apartarse del mundo del cine temporalmente. En febrero de 2022, tres años después de su boda, el matrimonio dio la bienvenida a su primer hijo: Cy. Jennifer Lawrence, que ya había trabajado con directores como Darren Aronofsky en Madre! o David O. Russell en La gran estafa americana, decidió volver a la actuación a través de la pequeña pantalla, con la película No mires arriba, coprotagonizada por Leonardo DiCaprio, y estrenada en la plataforma de contenido Netflix.
Jennifer Lawrence admite que perdió el control sobre su vida después de ganar el Oscar
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