El Dientes de Sable no dominaba a sus presas a mordidas puesto que si la bestia se movía demasiado, sus colmillos podrían romperse, por ello echaban mano de su gran musculatura para vencer a sus oponentes.
Con 1 m a 1.1 m de alzada en los ejemplares más grandes, se trata de un animal de dimensiones similares a las del León Africano de nuestros días aunque el Dientes de Sable fue mucho más fornido y corpulento, pudo llegar a los 280 kg de peso y su especie no tenía mucha diferencia de tamaño entre machos y hembras lo que lleva a los científicos a pensar que si Smilodon vivía en grupos, bien pudo tener comportamientos similares a los del lobo moderno.
Estudios en sus fósiles encontrados en América indican una antigüedad que ronda los 1.6 millones de años, en México al parecer frecuentaba «zonas límite» entre el matorral, pastizal y los bosques tropicales o de coníferas en búsqueda de sus grandes presas como bisontes, camellos, caballos e incluso perezosos gigantes y mamuts con los que luchaba usando toda su fuerza y peso para derribarlos o en lo posible inmovilizarlos y sólo después de eso, usaba sus colmillos de 17 cm de largo para con una mordida en la garganta del animal, cortar algunas arterias importantes y ocasionar su muerte prácticamente al instante. El Dientes de Sable se vió «sobrecalificado» cuando hace 10,000 años los animales grandes se extinguieron, el bisonte se trasladó principalmente a las praderas, el gran gato no pudo adaptarse a comer sólo animales pequeños y entonces su rugido desapareció del planeta.