Los jóvenes alzan de nuevo su voz contra el cambio climático: “Somos esos hijos que ya no tienen nada”

Miles de personas se manifiestan en 450 ciudades del mundo para exigir un cambio de modelo económico para paliar la crisis medioambiental y social.
“No hay, no hay planeta B”, se escuchaba este viernes en la Plaza Mayor de Madrid con el sonido de fondo de las batucadas. El movimiento internacional juvenil contra el cambio climático «Fridays For Future» ha retomado la calle contra la crisis ambiental y por la transición a un modelo más sostenible en 450 ciudades de todo el mundo, desde Japón y Alemania hasta la República Democrática del Congo. Solo en España ha habido concentraciones en 22 ciudades. Convocadas por primera vez en 2018, y muy tocada tras el parón que supuso la pandemia, la organización trata de retomar ahora el gran impulso que tuvieron en su inicio estas manifestaciones. La consigna de este año es “democratizar la energía”.
En Madrid, a las seis de la tarde las pancartas llenaban la Plaza Mayor con mensajes que rezaban: “Tanta carne aquí, hambre al Sur”, “Contamina y Manta más” o “Cambia tu vida, no tu clima”. Se han congregado unas 5.000 personas, según la organización, que calcula asimismo que ha habido unas 36.000 en Berlín y que las siete concentraciones convocadas en otras tantas ciudades austriacas han sumado 20.000 asistentes más.
En la de la capital española, entre banderas moradas, rojas y verdes, organizaciones como GreenPeace, Democratizar la Energía, Amigos de la Tierra y otros movimientos sociales se han sumado a las concentraciones. Ariana Zumaran Jibaja, porta voz del colectivo Regularización Ya, señala que, en su caso, su reivindicación central es el fin de la explotación de recursos en los países subdesarrollados. “Se benefician las grandes economías a través de empresas que operan en diferentes países. Muchas veces trabajan en zonas naturales en las que no se les permitiría operar en Europa”.
Carlos Lobo, un joven madrileño de 23 años y porta voz de «Fridays For Future», explica la naturaleza de su alarma por la crisis climática: “Estamos preocupados y vemos que no se está haciendo nada. Nosotros somos esos hijos que ya no tienen nada”, dice. Sergio Aires Machado tiene 18 años y vive en Valencia. Hace dos años que forma parte del movimiento. Su principal motivación para unirse fue que se “veía reflejado en la juventud que reclamaba un cambio”. El turismo irresponsable y la subida del nivel de mar en la costa valenciana son sus principales preocupaciones. “Lo más grave y lo que se va a hacer mas difícil es cambiar la capacidad de acción de las instituciones, porque por mucho que la ciencia y los expertos digan qué es lo que está mal, los representantes no se toman en serio el cambio”.
Las concentraciones de los jóvenes activistas tiene lugar seis semanas antes de la cumbre climática de la ONU, conocida como COP27, en Sharm El-Sheikh (Egipto). La conferencia concentrará sus esfuerzos en discutir la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, asegurar la financiación para que mitigar las repercusiones del cambio climático en los países más pobres, sobre todo en África. Un informe publicado por la Organización Meteorológica Mundial advierte de que en 2030, hasta 118 millones de africanos estarán expuestos a sequías, inundaciones y calor extremo.

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