Por Kari Nava
Perú se encuentra frente a una crisis de salud pública sin precedentes debido a la expansión descontrolada del dengue en gran parte de su territorio. El Gobierno peruano ha respondido con determinación al declarar una emergencia sanitaria en 19 de los 24 departamentos y una provincia, abarcando así la mayoría del país. Este movimiento, formalizado a través de un decreto publicado recientemente, refleja la gravedad de la situación y la necesidad imperativa de una acción concertada y rápida para contener esta epidemia.
Los números son alarmantes: con casi 25,000 casos confirmados hasta la séptima semana del año, y un aumento del 97,9% en comparación con el mismo período del año anterior, el dengue ha cobrado ya 28 vidas en el país. Estas cifras, proporcionadas por el Ministerio de Salud, pintan un panorama sombrío y urgente que requiere atención inmediata.
La decisión de declarar la emergencia sanitaria llega después de un análisis exhaustivo por parte del Gobierno, que reconoció la gravedad de la situación y la necesidad de medidas drásticas para hacer frente a esta amenaza para la salud pública. La movilización de recursos y la implementación de medidas preventivas y de atención son ahora más importantes que nunca.
Es crucial destacar que Perú no está solo en esta lucha. A nivel regional, otros países también enfrentan brotes significativos de dengue, lo que subraya la necesidad de una cooperación internacional coordinada para abordar esta crisis de manera efectiva. La declaración de emergencia no solo implica una respuesta a nivel nacional, sino que también abre la puerta a una colaboración más amplia y coordinada entre los países afectados.
Las causas subyacentes de esta crisis son complejas e incluyen factores ambientales, climáticos y socioeconómicos. El cambio climático, con sus patrones climáticos extremos, ha creado condiciones favorables para la proliferación del mosquito Aedes aegypti, transmisor del virus del dengue. Además, la falta de acceso a servicios de salud adecuados y la falta de conciencia pública sobre la prevención del dengue han exacerbado la situación.
En este contexto, es fundamental que todas las partes interesadas, desde los gobiernos hasta las organizaciones internacionales, los profesionales de la salud y la sociedad civil, unan fuerzas para combatir esta enfermedad. Se necesitan medidas urgentes para controlar la población de mosquitos, mejorar el acceso a la atención médica y promover la educación pública sobre la prevención del dengue.
El tiempo es esencial. Cada día cuenta en la lucha contra el dengue. Es imperativo que se asignen recursos adecuados, se implementen estrategias efectivas y se movilicen todas las herramientas disponibles para contener esta epidemia y proteger la salud y el bienestar de la población peruana. La declaración de emergencia es solo el primer paso; lo que se necesita ahora es una acción rápida, coordinada y sostenida para superar esta crisis y construir un futuro más saludable y resiliente para todos.