Por Kari Nava
La música tiene el poder de unir, pero también puede desencadenar conflictos y tensiones, especialmente cuando se trata de la gestión de los derechos y el legado de un artista. Tal es el caso de la icónica cantante Jenni Rivera, cuya vida y carrera continúan siendo objeto de controversia incluso después de su fallecimiento en 2012. En los últimos años, una batalla legal entre miembros de su propia familia ha puesto de relieve las complejidades y tensiones que rodean la administración de su legado artístico.
El último episodio de esta saga legal tuvo lugar en la corte de Los Ángeles, donde Chiquis Rivera, hija mayor de Jenni, se enfrentó a su abuelo, Don Pedro Rivera, en una disputa por los derechos musicales de su madre. Esta audiencia, que se llevó a cabo el viernes 9 de febrero, fue el último capítulo en una historia que ha estado en desarrollo desde 2023, cuando los hijos de Jenni Rivera tomaron medidas legales contra lo que ellos consideraban una «explotación indebida» de las grabaciones de su madre.
Los detalles específicos del resultado de esta audiencia no han sido divulgados públicamente, pero fuentes cercanas informaron que los hijos de Jenni Rivera expresaron satisfacción con el proceso legal en curso. Sin embargo, esta no es la primera vez que la familia Rivera se encuentra inmersa en una disputa por los derechos y la administración del legado de Jenni.
En septiembre del año anterior, Janney Marín Rivera, conocida como Chiquis, confirmó a través de las redes sociales que ella y sus hermanos estaban tomando medidas legales contra lo que consideraban una explotación indebida de las grabaciones de su madre. Esta acción legal desencadenó una serie de eventos que llevaron a la empresa Jenni Rivera Estate, dirigida por Jacquelin Campos, también conocida como Jacqie Rivera, a tomar medidas contra las empresas y disqueras dirigidas por Don Pedro Rivera.
La controversia se intensificó aún más cuando se revelaron detalles de una demanda de 39 páginas presentada por Jenni Rivera Estate, en la que se argumentaba que la música e imagen de Jenni Rivera habían sido explotadas por una suma considerable desde su fallecimiento en 2012. La demanda exigía que se respetaran los términos acordados por Jenni en vida y que se detuviera la explotación de sus grabaciones y composiciones.
Lo que comenzó como una batalla legal por los derechos musicales se ha convertido en un enfrentamiento público que ha puesto de manifiesto las tensiones familiares y financieras que rodean el legado de Jenni Rivera. En una declaración reciente, Don Pedro Rivera calificó de «desleales» a sus nietos, sugiriendo que no comprenden la situación legal y argumentando que los problemas previos con otros miembros de la familia no deberían afectar a todos por igual.
Esta disputa legal no solo es un reflejo de la lucha por el control de un legado artístico y sus activos financieros, sino también un recordatorio de cómo las tensiones familiares pueden complicar aún más las cuestiones legales y financieras después del fallecimiento de un ser querido. La resolución de esta disputa legal seguramente será seguida de cerca por los seguidores de Jenni Rivera y aquellos interesados en las complejidades de la administración de los derechos de autor y el legado artístico en general.