Por Dayana Mendizabal
La guacamaya roja (Ara macao) emerge como una joya alada, deslumbrando con su plumaje de intensos tonos rojo escarlata, amarillo y azul en las alas. Originaria desde México hasta Brasil, esta especie se enfrenta a desafíos críticos que amenazan su existencia.
Descripción Física:
La distintiva guacamaya roja se caracteriza por su plumaje vibrante, con rojo escarlata y amarillo en las alas, y un rostro sin plumas. Sus ojos amarillos, patas oscuras y pico huesudo y negro contribuyen a su singular apariencia. Dos subespecies, Ara macao cyanoptera y Ara macao macao, se diferencian por la configuración de colores en sus alas.
Alimentación:
Con una dieta diversa que incluye semillas, frutos, tallos de hojas y bromelias, estas aves contribuyen al equilibrio ecológico en su hábitat. Aunque en Centroamérica se han registrado alimentándose de diversas especies de árboles, su principal fuente de alimentación son las semillas y frutos.
Reproducción:
La guacamaya roja generalmente pone de uno a tres huevos por temporada de anidación. Las crías abandonan el nido entre los 57 y 65 días de edad, permaneciendo varios meses con sus progenitores.
Distribución y Vulnerabilidad:
Aunque alguna vez habitó desde el sur de Tamaulipas hasta Chiapas en México, la población actual se encuentra restringida a la Selva Lacandona en Chiapas. La destrucción acelerada de su hábitat, la perturbación causada por la acción humana y la depredación de nidos son las principales amenazas que enfrenta. La guacamaya roja está clasificada como en peligro de extinción a nivel nacional e internacional.
Protección y Acciones:
La legislación mexicana y acuerdos internacionales prohíben el comercio de la guacamaya roja, considerándola en peligro de extinción. La Profepa ha implementado operativos contra el tráfico ilegal, asegurando ejemplares y decomisando aquellos destinados al comercio. Inspecciones a esquemas legales de aprovechamiento y a poseedores de fauna silvestre son parte de las acciones emprendidas para proteger a esta especie.
La guacamaya roja, símbolo de la riqueza natural de América, nos recuerda la importancia de la conservación y la necesidad de esfuerzos coordinados para garantizar la supervivencia de estas majestuosas aves en peligro de extinción.