Por Dayana Mendizabal
Con la llegada del nuevo año, los propósitos se convierten en guías para alcanzar metas y sueños. Si te has sentido desmotivado por propósitos no cumplidos en el pasado, no desesperes. Aquí tienes algunos consejos para revitalizar tus metas y convertirlas en realidades alcanzables:
- Reflexiona sobre el pasado: Analiza tus experiencias del año anterior. Aprender de los triunfos y desafíos te permitirá ajustar tus prioridades y metas para el nuevo año.
- No temas establecer metas desafiantes: Lo que realmente vale la pena a menudo requiere esfuerzo. No te limites por temor al fracaso. El esfuerzo y la recompensa van de la mano.
- Entrena tu cerebro: En lugar de depender solo de la fuerza de voluntad, trabaja en entrenar otras áreas del cerebro. Vincula emociones positivas a tus nuevos hábitos y condiciona tu mente a adoptar comportamientos positivos.
- Crea un ambiente favorable: Aprovecha la energía del inicio de año para crear un entorno que apoye tu cambio positivo. Organiza tu espacio y tu tiempo para favorecer el desarrollo de nuevos hábitos.
- Escribe tus propósitos: Aunque vivimos en la era digital, escribir en papel aún tiene un impacto significativo. Anota tus propósitos, junto con pensamientos negativos contraproducentes, y transforma estos últimos en afirmaciones positivas. Este simple acto aumenta la probabilidad de éxito.
- Sé consciente de los pensamientos negativos: Practica la autoconciencia y aprende a apartar los pensamientos negativos. No permitas que estos se conviertan en un hábito que consume tu energía.
- Enfócate en lo que puedes controlar: Gasta tu energía en acciones que están bajo tu control. Deja de preocuparte por lo que no puedes cambiar y concéntrate en el presente y en lo que puedes hacer ahora mismo.
- Crea un horario semanal: Convierte tus propósitos en hábitos diarios mediante un horario semanal. Hazlo rutina y coloca recordatorios visuales en lugares frecuentados para mantener el enfoque.
- Comparte tus metas: Comunicar tus propósitos a tu círculo íntimo, como tu familia, no solo te brinda apoyo, sino que también crea una responsabilidad compartida. Programa reuniones para discutir avances y expectativas.
Recuerda, cada día es una oportunidad para empezar de nuevo. No importa cuándo comiences, lo crucial es la consistencia y la determinación. ¡Haz de tus propósitos una realidad alcanzable!