Por Diana Silva
En medio de la creciente tensión en la frontera entre México y Estados Unidos, migrantes y activistas expresan su inquietud ante la coincidencia de las elecciones presidenciales en ambos países en 2024. Temen que este evento conduzca a restricciones más severas y a un aumento en las deportaciones.
Ciudad Juárez, una ciudad fronteriza que se ha convertido en el epicentro de la crisis migratoria, alberga preocupaciones compartidas por migrantes y representantes de refugios. Anticipan que los cambios en los gobiernos de México y Estados Unidos podrían traducirse en leyes más estrictas, siguiendo el ejemplo del reciente endurecimiento de normativas impulsado por el gobernador de Texas, Greg Abbott.
Uno de los puntos más alarmantes es la posibilidad del regreso del expresidente estadounidense Donald Trump, conocido por su retórica antiinmigrante. El pastor Francisco González, de la Red de Albergues Somos Uno por Juárez, destaca la preocupación de que un cambio de gobierno resulte en una discriminación racial y en un aumento de las dificultades para los migrantes.
Aunque México celebrará elecciones el 2 de junio y Estados Unidos las llevará a cabo el 5 de noviembre, ambos países enfrentan una situación migratoria sin precedentes. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza confirmó la llegada de más de 2.2 millones de migrantes en el período de enero a noviembre del año pasado.
Francisco González sostiene que, a pesar de las campañas políticas en curso, la migración no se detendrá, ya que muchas personas no ven otra opción viable en sus países de origen. Advierte que, incluso con leyes más rigurosas, la migración continuará, pero con riesgos aún mayores.
Entre los migrantes prevalece la incertidumbre y el temor, especialmente si Trump regresa al poder, lo que complicaria el proceso de llegar a Estados Unidos. Algunos migrantes que han experimentado dificultades en intentos anteriores, temen mayores obstáculos si hay un cambio de gobierno, especialmente si el Partido Republicano vuelve a la Casa Blanca.
La implementación de leyes como la SB4 en Texas, que autoriza a las autoridades locales a detener y deportar a extranjeros sin el debido proceso, ha aumentado la hostilidad y el racismo contra los migrantes. Esta situación genera una realidad más difícil para aquellos que buscan una vida mejor al otro lado de la frontera.
