Por: Escobar Alejandro
La película de ciencia ficción ‘Hasta el fin del mundo’, dirigida por Wim Wenders en 1991, destaca como una obra monumental. Esta producción se convirtió en una odisea cinematográfica que originalmente se extendía a lo largo de unas increíbles 20 horas, desafiando las expectativas contractuales que buscaban una duración de dos horas y media.
A pesar de contar con un reparto de renombre internacional, entre ellos William Hurt y Sam Neill, la película enfrentó dificultades para adaptarse a las limitaciones de tiempo impuestas por los contratos de distribución. A pesar de los intentos por reducir su duración, la versión final varió según las regiones, siendo los 158 minutos y 179 minutos las ediciones norteamericanas y europeas, respectivamente.
A pesar de la aclamación de la crítica, la película no logró el éxito comercial esperado, recaudando una cantidad relativamente modesta en taquilla. No obstante, Wenders no se rindió y produjo una versión aún más larga, aproximadamente de cinco horas, un acto innovador para la época que se exhibió en eventos selectos, acrecentando la mística alrededor de esta monumental obra cinematográfica.