Por Kari Nava
En un giro sorprendente, Arabia Saudí ha anunciado la construcción de su primera Ópera, marcando un hito significativo en su evolución cultural. En menos de una década, el reino ha pasado de imponer un silencio riguroso sobre la música, basado en una visión conservadora del islam, a albergar un proyecto arquitectónico que aspira a destacar en el circuito internacional.
El edificio, diseñado por el estudio de arquitectura nórdico Snøhetta, está inspirado en el adobe y las formas geométricas de la cultura local, reflejando un profundo respeto por las raíces del lugar. La Ópera Real de Diriyah, ubicada en el antiguo barrio de Diriyah, capital del primer estado saudí hace tres siglos, se ha convertido en una joya de uno de los principales megaproyectos liderados por el príncipe heredero Mohamed bin Salman. Este proyecto busca diversificar la economía del país y fomentar una oferta cultural hasta ahora inexistente.
El ambicioso edificio, con una superficie de 46,000 metros cuadrados, se espera que se convierta en un icono cultural comparable a la Ópera de Sídney. La construcción, programada para completarse alrededor de 2028, coincidirá con la Exposición Universal de 2030 en Riad y con la Visión 2030 propuesta por Bin Salman.
La Ópera contará con cuatro espacios principales: una sala principal con 2,000 asientos y tecnología de vanguardia, un teatro adaptable para diversas obras y funciones, una sala multifuncional para conferencias y un anfiteatro al aire libre en la azotea para las noches frescas. Aunque se prevé atraer producciones extranjeras, la Ópera no dispondrá de una orquesta permanente.
La iniciativa busca atraer talentos globales del diseño, según Jerry Inzerillo, director ejecutivo del grupo Diriyah Company a cargo de la rehabilitación del distrito. La Ópera, que sigue la estela de otras en la región, como la Royal Opera House de Mascate en Omán, busca elevar el nivel de excelencia arquitectónica y celebrar la rica herencia cultural saudí a través de un diseño innovador.
Este proyecto cultural se suma a otros similares en la región, desafiando las percepciones tradicionales sobre la música en el mundo islámico. Otros países del Golfo Pérsico, como Dubai, Kuwait y Qatar, ya cuentan con espacios operísticos, consolidando una tendencia que Arabia Saudí adopta con entusiasmo. Además de la Ópera de Riad, el reino ha anunciado la construcción de una Ópera en la ciudad costera de Yeda, marcando un claro compromiso con la diversificación cultural y la apertura a expresiones artísticas que antes estaban restringidas.
