Por Diana Silva
En los últimos años, el grupo criminal conocido como ‘La Familia Michoacana’, liderado por individuos identificados como ‘El Pez’ y ‘El Fresa’, ha extendido su influencia en la zona sur del Estado de México, particularmente en municipios compartidos con Michoacán, Guerrero y Morelos. Su modus operandi incluye la extorsión a comuneros y campesinos, especialmente aquellos dedicados al cultivo de aguacate, maíz, haba, avena y flores.
Los municipios más afectados por la presencia de este grupo criminal incluyen Tejupilco, Luvianos, Tlatlaya, Texcaltitlán, Temascaltepec, Coatepec Harinas, Zumpahuacán, San Simón de Guerrero, Tenancingo y Villa Guerrero. Además de extorsionar a la población, ‘La Familia Michoacana’ ha tomado el control de la cadena productiva de diversos productos, como pollo, tortillas, huevo, gas doméstico, diesel y gasolina, imponiendo sus propios precios.
La extorsión ha alcanzado incluso localidades en Toluca, Almoloya de Juárez y Zinacantepec, afectando a negocios como tamaleros, tortillerías, carnicerías, verdulerías y cafeterías. En respuesta a esta grave situación, la Cámara de diputados local reformó el Código Penal estatal este año, aumentando las penas por delitos económicos contra comerciantes a siete a 15 años de cárcel.
Un ejemplo reciente de la violencia ligada a este grupo criminal tuvo lugar en Texcapilla, Texcaltitlán, donde pobladores, armados con cuchillos, machetes y escopetas, se enfrentaron a ‘La Familia Michoacana’ el pasado 8 de diciembre. Este enfrentamiento resultó en la muerte de ‘El Payaso’, líder de la organización, y varios de sus secuaces. Previamente, este sujeto había protagonizado actos violentos, incluyendo una emboscada en 2018 que dejó 13 elementos de seguridad del Estado de México muertos.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades locales y federales para contener la violencia y la extorsión, la situación en el Estado de México sigue siendo crítica, afectando negativamente a comunidades enteras y sectores económicos clave.
