Por Kari Nava
Ciudad de México,5 de diciembre de 2023. – La reciente publicación de los resultados de la Prueba Estandarizada de la Dirección de Educación de la OCDE, conocida como PISA 2022, ha revelado un panorama preocupante para México en términos de educación. El país se ubicó en el penúltimo lugar entre los 28 países miembros del organismo, más cuatro países no miembros, evaluados en áreas clave como lectura, matemáticas y ciencias.
Los datos muestran que dos de cada tres estudiantes mexicanos no lograron realizar operaciones matemáticas simples, mientras que uno de cada dos no comprendió una lectura, y en ciencias, también uno de cada dos se situó en el nivel más bajo de competencia.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) señaló que estos resultados son particularmente preocupantes, ya que representan una caída en las tres áreas evaluadas en comparación con la prueba PISA anterior. México se encuentra ahora por debajo del promedio de la OCDE en términos de rendimiento educativo.
En el informe se destaca que esta disminución no puede atribuirse únicamente a las perturbaciones causadas por la pandemia de COVID-19. Otros países, como Finlandia, Islandia y Suecia, han experimentado descensos constantes en sus puntuaciones a lo largo de los años, señalando posibles deficiencias en los sistemas educativos y la calidad de la enseñanza a distancia.
En los últimos 10 años, se observa un aumento preocupante en el porcentaje de adolescentes mexicanos que se encuentran en el nivel más bajo de competencia en matemáticas, lectura y ciencias. Este retroceso plantea desafíos significativos para el sistema educativo mexicano y destaca la necesidad de reformas urgentes para mejorar la calidad de la educación y revertir esta tendencia negativa.
El informe también destaca que, a nivel global, se ha registrado un descenso sin precedentes en el rendimiento de los estudiantes, con una caída récord de 15 puntos en matemáticas en todos los países de la OCDE entre 2018 y 2022. Este llamado de atención debería impulsar a los responsables de la educación en México a emprender acciones inmediatas para abordar las deficiencias identificadas y garantizar un futuro educativo más sólido para las generaciones venideras.
