Por Sinai Peña
En un reciente aviso de salud, la podóloga estadounidense Nicole Nicolosi advierte sobre las potenciales «graves consecuencias» para la salud asociadas con el uso de botas afelpadas de invierno, también conocidas como botas de piel de oveja. Nicolosi destaca que estas botas carecen de soporte adecuado para el arco del pie, lo que puede tener impactos negativos en la mecánica de la marcha y, a largo plazo, generar dolores en tobillos, rodillas, caderas y espalda, así como aumentar el riesgo de desarrollar artritis, especialmente para aquellos con pie plano.
Un aspecto adicional preocupante señalado por la especialista es la propensión de estas botas a provocar una mayor sudoración, creando condiciones propicias para el crecimiento de bacterias y hongos. Esto puede resultar en diversas infecciones y erupciones, como el pie de atleta, dermatitis y hongos en las uñas de los pies.
Nicolosi ofrece recomendaciones para mitigar estos riesgos, incluyendo la adición de plantillas ortopédicas para brindar soporte y estabilidad al arco del pie, así como absorber el impacto de cada paso. Insta a consultar a un especialista para determinar qué tipo de plantillas son las más adecuadas. También aconseja usar calcetines siempre y limpiar regularmente las botas para evitar la proliferación de bacterias.
Además, se ofrecen consejos prácticos para aquellos que optan por usar botas afelpadas, como evitar su uso en días consecutivos, no utilizarlas para largas caminatas y evitar ambientes húmedos que favorezcan el crecimiento de bacterias.
Se destaca la importancia de la precaución y el cuidado al elegir y usar este tipo de calzado invernal para preservar la salud de los pies y prevenir posibles complicaciones a corto y largo plazo.