Por Dayana Mendizabal
En una noche llena de emociones y celebración, el Teatro Sergio Magaña de la Ciudad de México abrió sus puertas para presentar la obra teatral «Celebremos la Discapacidad… una tarde con Lucy». Este espectáculo, que aborda el tema del amor propio, resultó ser una experiencia didáctica, divertida y accesible para todo el público.
Lo destacable de esta producción es su adaptación para comodidad sensorial, haciendo una invitación abierta para que el público asista y, de manera especial, apoye a los talentosos alumnos de los talleres de teatro para personas con síndrome de Down. Estos jóvenes, que reconocen su condición, luchan por tener una vida plena y feliz, encontrando en la actuación una pasión que les permite expresarse y destacar sus habilidades.
La velada comenzó con la presentación de una pequeña obra a cargo del taller de teatro de la Ciudad de México, protagonizada por niños con síndrome de Down. Este conmovedor acto, que abordó temáticas navideñas, estableció el tono de la noche y dejó claro el talento y la dedicación de estos jóvenes artistas.
La obra principal, «Lucy», protagonizada por Isabel Chavarría y acompañada por Itzel Casas, Oswaldo Valdovinos e Israel Pérez, nos sumergió en la travesía de este personaje en busca del amor propio. Desde despedirse de alguien que la abandona hasta ilusionarse con alguien que no es sincero, Lucy enfrenta la tristeza y la decepción para finalmente encontrarse a sí misma a través de su voz.
La trama, llena de giros emocionantes y momentos cómicos, resonó con el público de todas las edades. La actuación excepcional del elenco logró transmitir la importancia de la aceptación personal y la superación de las adversidades, convirtiendo la historia de Lucy en un mensaje universal de empoderamiento.
La inclusión de elementos sensoriales en la adaptación de la obra no solo brindó una experiencia más rica para aquellos con necesidades especiales, sino que también resaltó la importancia de crear un espacio teatral accesible para todos.