Por Dayana Mendizabal
En un momento histórico para México en los Juegos Olímpicos de Invierno Beijing 2022, Donovan Carrillo se convierte en el primer mexicano en competir en patinaje artístico en 30 años y porta con orgullo la bandera de su país en la Ceremonia de Apertura.
Nacido el 17 de noviembre de 1999 en Zapopan, Jalisco, Carrillo vivió en Guadalajara junto a su familia antes de mudarse a León en 2013 para continuar su entrenamiento en patinaje artístico bajo la tutela de su entrenador, Gregorio Núñez. Su conexión con el deporte comenzó de una manera peculiar: enamorándose de una niña mientras acompañaba a su hermana mayor, practicante de patinaje artístico.
Aunque inicialmente practicaba gimnasia y clavados, Carrillo se vio gradualmente envuelto en el mundo del patinaje, desarrollando una pasión que lo llevó a ser abanderado en los Juegos Olímpicos. Su entrenamiento en una pista de hielo dentro de un centro comercial en León presenta desafíos únicos, como distractores y condiciones de hielo por debajo de los estándares internacionales.
A pesar de estas adversidades, Carrillo ha dejado su huella al incorporar un toque mexicano en sus actuaciones, utilizando música de artistas latinos y mexicanos como Juan Gabriel, Carlos Rivera y Carlos Santana. Su conexión auténtica con la audiencia, a través de la cultura mexicana, demuestra la universalidad del arte del patinaje.
Donovan Carrillo encuentra inspiración en el español Javier Fernández, el máximo exponente hispanohablante en patinaje artístico. Siguiendo una historia similar, ambos atletas han superado las expectativas en un país donde los deportes de invierno no son tan comunes, convirtiéndose en modelos a seguir para las generaciones futuras.
Con su participación en los Juegos Olímpicos, Donovan Carrillo no solo representa a México en la competencia internacional, sino que también lleva consigo la inspiración de toda una nación y la determinación de superar barreras en el apasionante mundo del patinaje artístico.