La conductora de televisión cubana, Raquel Bigorra, ha reconocido públicamente su conocimiento de Fernando López Salinas, alias ‘El Tamalito’, quien fuera operador financiero de Arturo Beltrán Leyva y empresario en la Ciudad de México. La periodista Anabel Hernández, en su libro «Las señoras del narco. Amar en el infierno», afirma que Bigorra mantuvo una relación sentimental con López Salinas entre los años 2008 y 2010.
Bigorra, quien trabajó en el centro nocturno propiedad de ‘El Tamalito’, Gabanna en Insurgentes Sur, ha declarado que lo conoció como el «licenciado Fernando». Asegura que su relación con él se limitó al ámbito laboral y que tenía la creencia de que el lugar operaba conforme a la ley.
Al ser cuestionada sobre posibles regalos que recibió provenientes de recursos del narcotráfico, la conductora explicó que su casa en San Ángel fue adquirida mediante un crédito antes de que comenzara a cantar en el establecimiento.
En el libro de Anabel Hernández, se relata que la versión de Bigorra fue confirmada por exfuncionarios de la Policía Federal, quienes afirmaron haberla visto en la residencia de ‘El Tamalito’, incluso tomados de la mano. Se mencionan costosos obsequios, como una nueva dentadura, bolsos de marca, joyas y un automóvil de lujo, que supuestamente le habría dado.
La conductora enfatiza que el hecho de que se le vincule con regalos no le quita el sueño, pero recalca que su éxito profesional ha sido fruto de un esfuerzo sostenido.
