En un impactante desarrollo, varios policías de Londres, Inglaterra, han decidido renunciar a su autorización para portar armas después de la inculpación por asesinato de uno de sus compañeros. Este oficial enfrenta cargos por el asesinato de Chris Kaba, un joven de 24 años que murió por disparos policiales hace aproximadamente un año.
El trágico incidente ocurrió el 5 de septiembre en el suroeste de Londres, cuando Kaba, que no estaba armado, fue abatido por un disparo de un policía. Según la versión oficial, la matrícula del automóvil de Kaba fue detectada por una cámara que indicaba que el vehículo estaba relacionado con un incidente relacionado con armas de fuego.
En Londres, la mayoría de los 34,000 policías no portan armas. Sin embargo, aquellos que sí las llevan han expresado preocupación por las posibles consecuencias legales que podrían enfrentar en casos similares. Según un portavoz de Scotland Yard, «un cierto número de agentes» han optado por renunciar a su autorización para portar armas «para tener tiempo de reflexionar sobre su posición.»
La BBC informa que más de 100 agentes podrían estar entre los que han tomado esta decisión en medio de un contexto que destaca la complejidad y la sensibilidad de los casos en los que la fuerza letal ha sido utilizada por parte de las autoridades. Este episodio subraya la creciente preocupación en la comunidad policial en relación con las consecuencias legales de sus acciones y su impacto en la confianza del público.