En el ámbito agropecuario, solo el 10% de los productores tiene acceso a esquemas formales de financiamiento en el país. La disponibilidad limitada de recursos financieros y las barreras existentes dificultan el acceso al crédito para la mayoría de los agricultores y ganaderos. Además, los productores de pequeña escala, que representan el 80% de los 5.3 millones de personas dedicadas a esta actividad, son los que tienen menos acceso a los recursos proporcionados por el Estado.
El informe «Los productos financieros que oferta la banca de desarrollo al sector agropecuario», de Miguel Ponce, editado por el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria de la Cámara de Diputados, destaca que aquellos que logran acceder a los apoyos suelen ser los que tienen mayores extensiones de tierra así como niveles de capitalización. Estos productores están más integrados al mercado, tienen un mejor manejo de los riesgos técnicos, financieros y climáticos, lo que les permite cumplir con los requisitos exigidos por las instituciones financieras.
El sector agropecuario ha enfrentado una escasez de apoyo económico debido a los riesgos inherentes a la actividad. Esta incertidumbre sobre el cumplimiento de pagos por parte de los productores ha llevado a que la mayoría de los recursos financieros se dirijan a otros sectores más seguros, lo que dificulta aún más el acceso al crédito oficial.